No hay nada de lo que no se sirva el "ego" para hincharse.
El discípulo: Vengo a ti con nada en las manos
El maestro: Entonces suéltalo enseguida
El discípulo: Pero ¿Cómo voy a soltarlo, si es nada?
El maestro: Entonces llévatelo contigo.
De nada puedes hacer una auténtica posesión.
Y llevar contigo tu renuncia como un trofeo.
No abandones tus posesiones. Abandona tu "ego"
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