Lo que vemos y experimentamos es el mundo que hemos manifestado a través de nuestros sueños -si no nos gusta, podemos abrir los ojos, ser conscientes y crear algo diferente-. Una manera de hacerlo es a través de la plegaria, que puede tener un gran efecto sobre ciertas situaciones.
Estamos acostrumbrados a hacer peticiones específicas cuando rezamos, pero es más eficaz dejar que el Esíritu se encargue del resultado de cualquier situación. Los investigadores empleados por una organización llamada la Spindrift Foundation han estudiado el poder de la plegaria para curar organismos simples, como las semilla que están germinando. Se evaluaron dos tipòs de plegaria: la plegaria dirigida, en que quien reza le dice a la divinidad cuál es el problema y qué desenlace desea, como por ejemplo la plena recuperación de una persona después de un infarto; y la plegaria no dirigida, en que quien reza le comunica a la divinidad el nombre del receptor pero no busca un desenlace específico, confiando en que se haga Tu Voluntad ya que será lo mejor para la persona.
Los estudios con plantas realizados por la Spindrift Foundation, mostraron que ambas estrategias funcionan, pero que la plegaria NO dirigida es cuatro veces más eficaz que la dirigida, porque no es necesario decirle al Espíritu lo que debe hacer.
La plegaria comienza un viaje cósmico.
Cuando utilizamos Reiki tanto presencial como a distancia, es conveniente dejar en manos del Universo el resultado de lo que pedimos. Que le de a la persona aquello qué más necesite, sin coartar la petición.
Sabemos por experiencia que lo que le llega, es justo lo que más necesitaba aunque, a veces, no se corresponde con lo que nosotros habíamos decidido que era lo mejor para ella.
Fuente: inspirado en Las cuatro Revelaciones
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