2013/11/07

DESARROLLAR RESILENCIA INTERIOR


La resiliencia es la habilidad de reponerse rápidamente de los desengaños, decepciones y trastornos y no permitir que nos dominen o subyuguen. Es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse, bien, ante las tragedias, los traumas las amenazas o el estres severo.

¿Cómo perdemos nuestra elasticidad o nuestra resiliencia? Las expectativas y deseos de obtener resultados particulares en las diferentes situaciones es algo que reduce nuestra resiliencia. Cuando nos aferramos a esas expectativas acabamos en una posición de debilidad que nos hace sentir vacíos. Entonces, si las cosas se tuercen, nuestras mentes entran en un ciclo de contrariedad y malestar y no sentimos que podamos hacer nada para detenerlo.

Ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. La muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas financiero serios, etc., son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Aún así, las personas logran, por lo general, sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo.
 
El camino que lleva a la resiliencia no es un camino fácil, sino que implica un considerable estrés y malestar emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les permite seguir con sus vidas frente la adversidad o la tragedia. Pero, ¿cómo lo hacen?
La resiliencia no es algo que una persona tenga o no tenga, sino que implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y desarrollar.
 
Características de las personas resilientes
Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.
Qué contribuye a que una persona sea más resiliente
El apoyo emocional es uno de los factores principales. Tener en tu vida personas que te quieren y te apoyan y en quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que si estás solo.
  • Permitirte sentir emociones intensas sin temerlas ni huir de ellas, y al mismo tiempo ser capaz de reconocer cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y centrar tu mente en alguna distracción.
  • No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar soluciones. Implica ver los problemas como retos que puedes superar y no como terribles amenazas.
  • Tomarte tiempo para descansar y recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes parar.
  • Confiar tanto en ti mismo como en los demás.

Para edificar la resiliencia, primero tenemos que observar y descubrir por qué queremos algo. Pregúntate: ¿por qué quiero esto? A medida que surjan respuestas, sigue haciéndote la pregunta y descubriendo nuevas capas. Finalmente, averiguarás que la causa última es que eso que quieres te va a traer paz, amor o felicidad.

Esta paz, amor y felicidad que queremos son, de hecho, los principales factores de motivación detrás de prácticamente todo lo que hacemos. Cuando somos niños, experimentamos estas cualidades de forma natural. A medida que crecemos, nos alejamos de esa experiencia. Aprendemos a creer que la paz, el amor y la felicidad son productos que, de alguna manera, tenemos que conseguir o comprar ahí fuera. Nos olvidamos de que nosotros somos eso: paz, amor y felicidad.

Podemos reconstruir nuestra resiliencia enfocándonos en nuestra paz, amor y felicidad interiores. Siéntate en silencio y reflexiona y medita sobre la paz, el amor y la felicidad. Cuanto más incrementes tu experiencia de estos estados internos del ser, más se convertirán en tu estado natural, que a su vez, influye en tu manera de pensar.

Finalmente, podemos desarrollar tal resiliencia que, al afrontar el desengaño o la decepción, seamos capaces de permanecer alegres y descubrir el beneficio en aquello que previamente hubiéramos experimentado como un gran disgusto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

escribe aquí tu comentario