Por lo general, buscamos la felicidad en el mundo exterior. Intentamos mejorar nuestras condiciones materiales y posición social, encontrar un trabajo mejor remunerado, etcétera, pero aunque lo logremos, seguiremos teniendo numerosos problemas y no nos sentimos satisfechos. De esta forma, nunca disfrutamos de una paz auténtica y duradera.
En sus enseñanzas, Buda nos recomienda que no busquemos la felicidad en el exterior sino en nosotros mismos.
¿Cómo podemos encontrar la verdadera felicidad? Purificando y controlando nuestra mente por medio de la práctica sincera de la meditación. Si nos adiestramos de este modo, sin lugar a dudas alcanzaremos un estado de paz mental duradero y seremos felices sin depender de las circunstancias externas.
Aunque nos esforzamos por encontrar la felicidad, nunca lo conseguimos y continuamos padeciendo sufrimientos sin cesar.
¿Por qué nos ocurre esto? Porque la causa de la felicidad, que se halla en nuestra mente, la virtud, es muy débil y para que dé sus frutos hemos de poner mucho esfuerzo; sin embargo, las causas internas de los problemas, los engaños, son muy poderosas y producen sus efectos aunque no lo deseemos.
Esta es la verdadera razón por la que tenemos problemas sin cesar y no logramos ser felices.
De lo dicho podemos deducir que la causa principal tanto de la felicidad como del sufrimiento se halla en nuestra mente y no en el mundo exterior.
Si podemos mantener una mente serena y apacible en todo momento, nunca tendremos dificultades. Si permanecemos en este estado, aunque nos insulten, critiquen o culpen de manera injusta, perdamos el trabajo o nos abandonen nuestros amigos, no lo viviremos dominados por los engaños.
Por muy difíciles que sean las condiciones externas, si mantenemos una mente serena y apacible, no nos causarán ansiedad. Por lo tanto, para solucionar nuestros problemas solo tenemos que aprender a mantener un estado mental apacible por medio de la práctica pura y sincera de la meditación
En sus enseñanzas, Buda nos recomienda que no busquemos la felicidad en el exterior sino en nosotros mismos.
¿Cómo podemos encontrar la verdadera felicidad? Purificando y controlando nuestra mente por medio de la práctica sincera de la meditación. Si nos adiestramos de este modo, sin lugar a dudas alcanzaremos un estado de paz mental duradero y seremos felices sin depender de las circunstancias externas.
Aunque nos esforzamos por encontrar la felicidad, nunca lo conseguimos y continuamos padeciendo sufrimientos sin cesar.
¿Por qué nos ocurre esto? Porque la causa de la felicidad, que se halla en nuestra mente, la virtud, es muy débil y para que dé sus frutos hemos de poner mucho esfuerzo; sin embargo, las causas internas de los problemas, los engaños, son muy poderosas y producen sus efectos aunque no lo deseemos.
Esta es la verdadera razón por la que tenemos problemas sin cesar y no logramos ser felices.
De lo dicho podemos deducir que la causa principal tanto de la felicidad como del sufrimiento se halla en nuestra mente y no en el mundo exterior.
Si podemos mantener una mente serena y apacible en todo momento, nunca tendremos dificultades. Si permanecemos en este estado, aunque nos insulten, critiquen o culpen de manera injusta, perdamos el trabajo o nos abandonen nuestros amigos, no lo viviremos dominados por los engaños.
Por muy difíciles que sean las condiciones externas, si mantenemos una mente serena y apacible, no nos causarán ansiedad. Por lo tanto, para solucionar nuestros problemas solo tenemos que aprender a mantener un estado mental apacible por medio de la práctica pura y sincera de la meditación
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