2011/09/30

APRENDE A SER FELIZ, DEJANDO SER


Las personas nos pasamos la mayor parte de la vida sintiéndonos ofendidas por lo que “alguien” nos hizo, pero voy a hacerte una sorprendente revelación que puede a cambiar tu vida…
¡Nadie, nunca jamás te ha ofendido! Son tus expectativas, lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú, con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias.

Si tú esperabas que tus padres ... te dieran más amor, y no te lo dieron, no tienes porqué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que “un padre ideal” debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman.

Si esperabas que tu pareja reaccionara de una manera determinada y no lo hizo… Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entra las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación.

¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende y daña a nadie.

Una de las mayores fuentes de sufrimiento, es tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que “debe hacer” y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble.

Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías.
Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es.
Y es un círculo vicioso.

Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca.
Aprenderán de sus errores por sí mismos. Dejémosles ser. Además recordemos también, que nadie nos pertenece. Ni la naturaleza, ni nuestros padres, ni nuestros hermanos, ni nuestros hijos, ni nuestros amigos, ni nuestra pareja nos pertenecen. No son nuestros. Solo se les puede disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar.

Las personas son como un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es.

En el corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera, la muerte, en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros.

Ho'ponopono: Asumo el cien por cien de mi responsabilidad. Perdoname, lo siento, te amo, gracias.

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