Personal de quirófano conectando con Reiki antes de una operación
Esta pregunta ha despertado infinidad de opiniones y, como suele pasar, el tema
se ha polarizado. Unos dicen que es imposible que una terapia
alternativa como el Reiki cure, mientras otros aseguran que es cierto y dan
testimonios de ello. Hace poco me llegó una información que asegura
que el psicobiólogo brasileño Ricardo Monezi, de la Universidad
Federal de São Paulo, comprobó científicamente que el
Reiki ayuda en la cura del cáncer.Monezi experimentó con ratones, animales que, según él, no desarrollan el efecto placebo, la fe ni las creencias de los seres humanos, y comprobó que los que fueron tratados con Reiki se curaron. La investigación ahora se desarrolla con 16 seres humanos. El estudio aún no ha concluido, pero se evidencian mejoras en la calidad de vida y la reducción de los síntomas de ansiedad y depresión.
Pongo este caso como contexto para los más escépticos. Conozco casos de personas con enfermedades graves que lograron curarse acompañando su proceso de terapia Reiki, sanación emocional y buena alimentación. Pero también conozco algunos que no lo lograron. Entonces, ¿cuál es la verdad de esta milenaria terapia?
La única manera posible en que puedo contestar a esa pregunta es afirmando que el Reiki es Reiki. Su verdad es inmutable y no está determinada por el éxito o fracaso de un paciente con la terapia (aunque, en mi experiencia, he visto que en más del 90% de los casos tiene éxito). El otro punto tiene que ver con el proceso interno de cada persona. En el Reiki nos entregamos a la luz divina, dejamos que sea ella quien guie el proceso. ¿Quiénes somos para juzgar que algo es bueno o malo. Cómo sabemos qué es lo mejor para una persona en un momento determinado de su vida. Cómo sabemos qué es lo que debe experimentar y aprender?.
Una de las normas que sigo como maestra Reiki es siempre aclarar que el Reiki no reemplaza al médico ni a los medicamentos, pero por mi experiencia como paciente y terapeuta no puedo negar la infinidad de beneficios que he experimentado en mí y he visto en quienes he tenido la fortuna de tratar.
Para mí, el Reiki es luz divina y por eso logra curar, no solo en el plano físico sino también en el emocional, mental y espiritual. Cuando entramos en contacto con lo que verdaderamente somos empezamos a sanarnos. Comenzamos a entender que la vida, con su dosis de estrés y de problemas (muchos de ellos inventados), es mucho más de lo que sabemos y mucho más de lo que nos atrevemos a reconocer.
Con el Reiki nos conectamos con lo importante y podemos experimentar una paz profunda y un amoroso bálsamo mientras soltamos lastres, limpiamos el aura, equilibramos nuestros chakras y recuperamos nuestro poder interior.
El Reiki es amor y dicen que el verdadero amor es siempre el que cura.