2014/09/29

El regalo del tiempo

 

Si pensamos acerca del tiempo como un regalo, sabemos que es precioso, sabemos que es poderoso, pero quizás pensamos que sólo hemos recibido un fragmento limitado. Cada vida limitada a un número de días, invalorable, pero finito.

Un regalo mayor es saber que tenemos tiempo sin fin.

El mayor regalo es aprender que podemos ser amos del tiempo.

En el silencio y la quietud podemos salir fuera de los límites del tiempo y conocer sus tres facetas: el pasado, el presente y el futuro. No sólo nuestra propia historia, sino la historia del mundo entero. En la calma y el silencio, llegamos a comprender la gran y decisiva verdad del tiempo.

El tiempo nos explica sus secretos.

  
El tiempo corre por delante…
Quizás sentimos que el tiempo nos controla, que nos persigue. Decimos que no tenemos tiempo para hacer lo que queremos hacer. “Si tuviera tiempo…” Sin embargo cada hora se da a cada uno en igual medida. Si elegimos, podemos decir, “Crearé tiempo”; podemos ser los amos del tiempo, no sus esclavos. Podemos decir, “El tiempo es mi posesión personal que me puede traer abundancia”. Los demás se pueden beneficiar mediante nuestro buen uso del tiempo si tomamos conciencia de su verdadero valor.

Liberación del pasado…
El tiempo sólo se mueve hacia delante. Deja el pasado atrás. Sin embargo, a menudo nos olvidamos de avanzar hacia delante, fuera del pasado. Las decepciones, las cosas que hubieran podido ser, los viejos sufrimientos se amontonan en nuestra conciencia. Acumulamos archivos y archivos de viejos recuerdos, volviendo a veces a abrir uno, y a veces otro. Liberarnos es desconectar en un segundo nuestras mentes de estos viejos archivos polvorientos.
Podemos aceptar un consejo del tiempo: deja el pasado allí donde pertenece… en el pasado.

Liberarse del futuro…
Incluso cuando nos liberamos de la atadura del tiempo pasado, podemos crear cadenas imaginarias en el futuro. No podemos disfrutar de la satisfacción en el presente cuando perseguimos nuestro siguiente deseo. Decimos: “Seré feliz cuando…”. “Si simplemente…”. El miedo y nuestras falsas premoniciones nos roban nuestra felicidad del presente. Con fe y esfuerzo determinado podemos hacer cambios en el presente que da forma a nuestro futuro. El futuro es una casa que construimos hoy, pero en la que no podemos vivir hasta mañana. El amor de Dios nos da coraje para vernos a nosotros mismos claramente y para cambiarnos ahora.

El regalo del presente…
El regalo del tiempo que siempre nos puede dar felicidad es el momento presente. En el recuerdo de Dios y con plena conciencia del presente tenemos poder sobre el tiempo. Tenemos la determinación de decir, “lo haré ahora”. De hecho, no sólo de decirlo, sino también de hacerlo. No podemos decir qué nos va a traer el tiempo. No hay forma de saber qué va a suceder en el próximo momento. No hay garantía para la vida. Así que vivir cada momento con todas las cuentas saldadas, todos los deberes hechos, todo completado es vivir realmente en este momento ahora. La compañía siempre presente de Dios nos recuerda que hagamos el mejor uso del presente.
 
Fuente: Brhama K.
 


2014/09/14

Centrarse y fluir



Si observamos el sol desde la tierra, nos damos cuenta de la ley básica y fundamental, de la cual nosotros los seres humanos podemos aprender, y que es la que más nos ayuda en la vida a movernos correctamente. El sol con su luz da vida a la tierra. El sol está en una posición fija, y así tiene que ser, de otro modo la tierra y los demás planetas de nuestro sistema solar no seguirían en su continua y armoniosa órbita. Habría caos, trastorno y grandes pérdidas. Por otro lado la tierra se está moviendo constantemente en ciclos repetitivos, alrededor del sol. El movimiento permite el cambio y una expresión que tiene un principio, medio y final. En otras palabras, el fenómeno del tiempo se crea a través del equilibrio de la tierra y los armoniosos ritmos cíclicos. Ambos son necesarios para la vida.

La tierra tiene todo el potencial para la vida, pero sin la luz de la fuente fija no habría vida. De la misma forma, el sol tiene el poder de dar vida, pero si la tierra moviéndose no sostuviera el potencial, incluso habiendo luz no habría manifestación de la vida.

En ciertas situaciones y momentos necesitamos tener enfoque, concentración de pensamientos, voluntad y entendimiento. Los tres necesitan estar juntos, centrados en un punto, si queremos llegar a la profundidad y experimentar novedad. Sin embargo, si nos enfocamos demasiado, entonces gradualmente surge rigidez y presión. Esto lleva a un desequilibrio que nos hace perder creatividad y apertura para una nueva visión.
Lo que podemos observar es que “estar centrado” necesita en ciertos momentos el fluir en nuestra vida de forma natural, apropiada y sistemática.

Estando enfocados encontramos la visión, la inspiración, el entendimiento, y al fluir encontramos la expresión, la experimentación, la experiencia. Así como un enfoque excesivo se convierte en algo negativo, el fluir en exceso puede llevarnos a que nos perdamos en una inundación de exceso de pensamientos y de hablar y hacer demasiado, y no hay dirección que guíe la expresión, entonces las cosas se hacen frágiles. En tales momentos necesitamos darnos cuenta de que es el momento de enfocarnos, de ir hacia nuestro interior y permanecer silenciosos.

De acuerdo a la necesidad, los seres humanos necesitan moverse entre el enfocarse y fluir, y sólo el propio discernimiento de la persona le dirá cuando y cómo hacer esto. Todo tiene su momento.

Fuente: Bhrama K.
 

2014/09/05

SECRETOS DE LAS RELACIONES


Si alguien está haciendo algo erróneo, en lugar de arriesgar tu paz y dejar que la mente se queje, actúa y piensa en lo qué deberías hacer tú. Hazlo, y verás como te sientes. Nadie en realidad te produce intranquilidad. Tu eres tu amigo o tu propio enemigo. Son tus limitaciones, debilidades, expectativas, hábitos negativos los que te quitan la paz y te hacen sufrir.

Los buenos sentimientos hacia los demás son como un ungüento que cura las heridas y restablece la amistad en las relaciones. Los buenos sentimientos se generan en tu mente, se transmiten a través de tu actitud y se reflejan en tus ojos y en tu sonrisa.

Una sonrisa abre el corazón y una mirada puede hacer milagros.

La humanidad es como un árbol, cada ser humano está conectado con la Semilla y pertenece al mismo árbol. La belleza del árbol es que tiene diferentes ramas y en cada una, innumerables hojas. Cada individuo también es diferente y tiene su propio papel. Piensa en lo que tenemos en común y apreciarás a cada ser humano. Esta es una clave para permanecer en paz.

Una de las principales razones por las que hay tanto miedo en nuestra sociedad es que pasamos la mayor parte del tiempo escuchando noticias negativas sobre violencia y conflictos. Proponte cambiar de tema y hablar de lo que la vida te ofrece. Es necesario crear esperanza y entusiasmo en el futuro y una visión más positiva de la realidad del presente. De esta forma promovemos la paz. Coopera con los demás, crea cooperación, enseña a cooperar, inspira a cooperar y encontrarás que el lugar de trabajo es un espacio de aprendizaje y de crecimiento personal. Tu motivación será la de aprender y no la de obtener tan solo una ganancia.

La raíz del sufrimiento, es el apego. Has creado un espacio en tu mente que mantiene a esa persona u objeto como parte de ti mismo. Cuando se critica, se desprecia o deja de estar contigo esa persona u objeto, sientes dolor en la mente, tienes el sentimiento de pérdida. Si quieres ser feliz has de aprender a amar y apreciar, manteniendo al mismo tiempo tu independencia.

Fuente: Brahma K.

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Donde hay dependencia, hay inestabilidad;
donde no hay dependencia, no hay inestabilidad.

Donde no hay inestabilidad, hay quietud;
donde hay quietud, no hay deseo.

Donde no hay deseo, no hay ir y venir;
donde no hay ir y venir, no hay nacimiento ni muerte.

Donde no hay nacimiento ni muerte,
no hay este mundo ni el otro, ni ambos.

Es éste el fin del sufrimiento.

Buda Sakyamuni, Patalagami

2014/09/04

LA IMPOSICIÓN DE MANOS

En el tratamiento completo se sigue el método Usui, colocando suavemente las manos en todas las posiciones de cabeza, tronco, piernas, pies y espalda.
Se emplean 3-4 minutos de tiempo en cada posición; se pueden alternar las posiciones siguiendo la intuición del practicante.
Se trabaja menos tiempo en las piernas a no ser que exista una dolencia específica en esta zona.
En el tratamiento en rodillas y en pies debe ser tan importante como a lo largo del tronco, porque son chakras secundarios importantes.

Podemos efectuar también una valoración del campo energético del paciente.
Para ella nos guiaremos por la sintomatología del individuo, haciendo un análisis global desde las emociones presentes hasta los problemas físicos, sin pretender evaluaciones psicológicas ni diagnósticos médicos.
Son llaves para encontrar los bloqueos en los niveles precisos, tanto en los diferentes cuerpos energéticos como en los diferentes chakras o vías de transmisión. Es una evaluación previa que podríamos comparar a las historias médicas. Dentro de la inspección, evaluaremos el campo energético de la persona, de forma común con otras terapias energéticas, como el rastreo o scanning de los bloqueos energéticos, la valoración de los chakras, etc. Esto nos puede orientar sobre las zonas donde hay que insistir más o menos, posibles patologías del paciente, delimitación de problemas donde hay que dispersar o acumular energía.

Recordemos que los chakras son las vías de transformación de la energía hacia el cuerpo físico. Es de gran valor conocer sus relaciones con la anatomía y fisiología, herramienta imprescindible para comprender la dinámica energética y su influencia sobre sistemas y órganos corporales. Será a través de los chakras que nosotros actuaremos sobre esas zonas específicas.

Una vez realizada la exploración procederemos a canalizar Reiki. Todo lo que se necesita para activar el flujo de energía es la intención. No se requiere ningún estado alterado de conciencia para lograrlo.
Tras la iniciación en el Reiki, éste fluye a través de las manos simplemente con quererlo. La Energía entra por el chakra de la cabeza, pasa por los centros energéticos superiores y después por los brazos y manos al paciente. Nuestra intervención en el Reiki es relativa.
Una vez localizadas las zonas a tratar colocaremos las manos para que el Reiki fluya, hasta que cese.
La energía no es manipulativa: no se intenta manejar la energía que se transmite al paciente, sólo se colocan las manos para que la energía fluya, y lo hará en la intensidad y calidad que necesita el paciente. Recordemos que el practicante se constituye únicamente como “canal”, su intervención es nula, como ya hemos comentado previamente.
En algunas prácticas, eso sí, puede combinarse la canalización con visualizaciones por parte del paciente, o trabajos activos, lo que no implica una manipulación propiamente de la energía, sino de la actividad del paciente.

Un discípulo le preguntó a su maestro cómo mejorar su trabajo de sanación. El maestro respondió:

“La sanación es una de las dimensiones más delicadas. Lo delicado consiste en que el sanador no haga nada. El sanador no es realmente sanador porque no es él el que cura. La sanación acontece a través de él. Sólo tienes que anularte, desaparecer. Ser sanador significa realmente un estado de no ser. Menos estás, mejor ocurre la sanación. Cuanto más estás, más se bloquea el canal. Dios, o lo Absoluto, o cual sea el nombre que prefieres, es el sanador... Sanarse significa estar reunido con el Todo... Ser sanador es solo una función. El que hace es Dios, el Todo...
Si quieres realmente ser un sanador tienes que aceptar tu vacuidad, este será tu trabajo: volverte más y más vacío de ti mismo. Cuando te vacías, por un lado desapareces, y, por el otro, Dios penetra. El espacio ocupado por el ego lo ocupa Él... Esto es todo el problema y todo el arte de la sanación, cómo anularte, cómo transformarte en un vacío.”

Dentro del fenómeno de la auténtica sanación está el célebre Haiku Zen:

"Sentado en silencio, sin hacer nada, la hierba crece por sí misma y llega la primavera.”

Una vez empezado el tratamiento a un paciente, no hay que seguir concentrándose en el flujo de energía. Así, si el paciente siente necesidad de expresar emociones que pueden surgir durante la sesión, se puede mantener una conversación sin parar el flujo de energía, aunque, durante el tratamiento no es conveniente hablar, ya que con Reiki el procesamiento de emociones suele tener lugar a un nivel más allá de las palabras.
El Reiki se ofrece al Yo interior del paciente, para que esa energía se utilice de la forma más necesaria para él en ese momento. Por eso, el practicante de Reiki no dirige la energía, sino que confía en la sabiduría total del propio paciente a través de su Yo interior.
Así, a veces con Reiki la energía está trabajando en áreas totalmente desconocidas por nosotros. Existen una serie de posturas estandarizadas para la aplicación de la terapia en todo el cuerpo, pero también es posible la aplicación parcial: en una fractura, en una inflamación, en un chakra o en cualquier localización particular.
La realización del tratamiento siempre dependerá del terapeuta, de su experiencia, de otras técnicas que conozca, de su calidad y conocimiento. Se trata de algo intuitivo, no rígido, con capacidad de ser modificado continuamente. Debemos recordar que el Reiki actúa de forma global cuando se aplica sobre cualquier parte del cuerpo.

Virginia Rubio Maestra de Reiki
FuenteJavier Rodriguez Diez