2011/10/23

LIBERARSE DE LOS PENSAMIENTOS INÚTILES


Por un lado están los pensamientos negativos, que crean
pesar y vacían nuestra energía y, por otro, los pensamientos inútiles, más difíciles de controlar e identificar.
Los pensamientos negativos, por su propia naturaleza se
pueden identificar con mayor facilidad pero, los inútiles
requieren discernimiento.
Todo lo que ocupa nuestra mente y no nos aporta ningún
logro sino que sólo sirve para desperdiciar nuestro tiempo
y pensamientos, es inútil.

La lista es larga: pensar en el pasado, preocuparse
innecesariamente por el futuro, imaginar y especular sobre
las situaciones y los demás, sin realmente disponer de
suficiente información, pensar sobre lo que los demás hacen
o dejan de hacer cuando no es de nuestra incumbencia, etc.
Y lo sorprendente de los pensamientos inútiles es que a
veces nuestra mente los presenta como atractivos y necesarios.
Podemos llegar a sentir que es importante dedicar tiempo a
pensar en eso, cuando en realidad es una completa pérdida
de tiempo y energía.

Por ello, es esencial la práctica de la auto-observación y junto
a ello, revisar con regularidad y preguntarnos: ¿Es necesario
pensar en esto? ¿Me aportan algo estos pensamientos?

Para tener éxito en liberarnos de los pensamientos inútiles
(así como de pensamientos negativos) necesitamos dos poderes
espirituales: el poder de controlar y el poder de gobernar.
A la mente se la compara con un caballo,por lo que desde
nuestra consciencia necesitamos asir firmemente las riendas
de la mente.
El poder de controlar es la capacidad de poner un freno a la
expansión de la mente. Los pensamientos inútiles tienen otra
particularidad: suelen ser muchos y veloces.
Por tanto necesitamos un freno poderoso para poner un
punto final a la expansión de lo inútil.
El poder de gobernar es la capacidad de dirigir y encauzar
los pensamientos en otra dirección, una nueva dirección más
beneficiosa y útil.
El método principal para dejar de desperdiciar la energía
de los pensamientos es mantener todo el día, tanto como
podamos, la mente ocupada.
Una mente ocupada en pensamientos de conocimiento
espiritual, en planes para servir a los demás y beneficiar
al mundo, junto a los pensamientos prácticos y útiles de la
actividad diaria, no puede ser atraída por nada más.
Sencillamente, no dispone de tiempo.
Una mente ociosa es fácil presa no sólo de lo inútil sino,
con frecuencia , de lo negativo.

Ésta es una de las metas más elevadas a nivel espiritual:
Convertirnos en el amo de nuestra propia mente.


B.K.World Spiritual University

2011/10/01

LIBERARSE DEL EGO. Donde hay ego, hay apego


Una definición del ego es la identificación y apego a una imagen errónea o falsa de uno mismo. Por ejemplo, si me identifico con un rol profesional y lo convierto en la base de mi autoestima, estoy cometiendo un error ya que es obvio que yo no soy el rol.

El rol es lo que hago, pero no lo que soy. Lo que soy está siempre presente y el rol puede dejar de existir en cualquier momento. Soy un ser espiritual, lleno de cualidades y valores, con capacidad de discernir y decidir. Mis verdaderos tesoros están en el interior.

Sin embargo, debido a que nos hemos desconectado de nuestra esencia, buscamos esas cualidades en elementos externos. Queremos obtener la paz, la estabilidad y el amor desde el exterior.

La fórmula del ego siempre es: “Según lo que sucede, así me siento”. Vivir en un mundo de deseos y expectativas, bajo la ilusión de que las circunstancias me van a traer la anhelada paz y felicidad… algún día.

La fórmula espiritual y correcta es: “Yo soy responsable de crear mis sentimientos y mi estado de consciencia y a partir de ahí, trato con las situaciones de la vida”.

Para liberarnos del ego, primero tenemos que identificar claramente su presencia y dejar de alimentar las actitudes y patrones de pensamientos que surgen de esa consciencia limitada.

Un principio sencillo es darnos cuenta de que donde hay ego, hay apego. Donde hay apego, experimentaremos alguna forma de resistencia al cambio en nuestro interior. Y donde hay resistencia, también hay miedo. Miedo a perder o tener que renunciar al objeto de nuestro apego.

Por ejemplo, si lo que tengo es apego a mi rol profesional, tendré resistencia al cambio y miedo a que otros puedan arrebatármelo o pueda perderlo. El rol se ha convertido en parte de mi identidad.

El alma es un ser libre de identificaciones y apegos. Mi estado natural es el de paz y bienestar. Por eso es tan importante meditar y experimentar la verdadera consciencia del ser. De esta manera podremos diferenciar claramente cuándo estamos en la consciencia de nuestra verdadera esencia y cuándo estamos en la consciencia falsa y limitada del ego.

B.K.